miércoles, 26 de febrero de 2014

Yuste Navarro: "El Cristo de la Expiración supera todo lo que he realizado anteriormente"...

LA ESQUINA DE LA CARRERA
Yuste Navarro: "El Cristo de la Expiración supera todo lo que he realizado anteriormente"
El artista compite en el concurso del portal cofrade 'La Hornacina' que premia la mejor escultura realizada en España en el año 2013


Antonio Jesús Yuste / Enrique Centeno


Nos recibe el artista vestido con bata blanca y mascarilla, como si lo suyo fuera una consulta en lugar de un taller de escultura. Aunque entre sus manos, en lugar del fonendo, está el cincel con el que escarba en la madera. Hace un alto en su trabajo para atender a Soy de Cieza en los últimos días de votación del concurso de imaginería organizado por la página web de La Hornacina (http://www.lahornacina.com/encuestaspremio2013III.htm), que incluye una obra de Yuste Navarro, el ciezano Cristo de la Expiración de la Cofradía de San Pedro (número 9 en el concurso), seleccionada entre las candidatas a mejor obra escultórica nacional del año 2013.

- ¿Cree que el Cristo de la Expiración es la mejor obra de imaginería de su trayectoria?

Sin duda. En ella busqué una calidad de acabados que superaban todo lo que he realizado anteriormente, empleando técnicas y recursos que eran novedosos para mí. Es una pieza de gran envergadura, un Crucificado, que para cualquier imaginero supone la iconografía fundamental, el reto más importante, el que define, en buena parte, el signo de tu carrera. Y era para mi pueblo: tenía que dar lo mejor de lo que era capaz a la Semana Santa de Cieza.

- A diferencia de otros proyectos recientes de la Semana Santa, que son conocidos y anunciados con años de antelación, el paso del Cristo de la Expiración fue gestado con rapidez. De hecho, muchos ciezanos tuvieron noticia del asunto en fechas cercanas a la Semana Santa...

Yo sabía, desde hacía un tiempo, que la Cofradía buscaba un Crucificado para completar su patrimonio, para poder desfilar en cada Procesión con un paso distinto. Y también pude conocer, a través de algunos amigos muy cercanos, que podían estar barajando mi nombre. Pero fue con poco más de un año de antelación que se puso en contacto conmigo un grupo de donantes, que querían regalar la obra a la Cofradía, y concretamos enseguida el proyecto. A partir de ahí fue todo relativamente rápido: en la Pascua de 2012 me puse con la maqueta, e inmediatamente modelé en barro para luego pasarlo a madera. Digamos, efectivamente, que el proceso de realización de la imagen abarcó unos diez meses. Eso sí, fueron diez meses de trabajo exhaustivo.


- ¿Tenían en la cabeza una idea definida del tipo de Crucificado que deseaban que realizara?

Querían un Cristo dramático, desde luego. Eso encajaba con lo que yo tenía en mente... y nos entendimos enseguida. A partir de ese momento me dejaron total libertad creativa. Fue muy grato trabajar con los sanpedristas. Sin ser amigos de lisonjas ni de palabras innecesarias, se les veía muy ilusionados y siempre estaban dispuestos a echar una mano en lo que hiciera falta: para trasladar maderas, para buscarme un andamiaje que me permitiera trabajar mejor con el Crucificado...

- El reto, en todo caso, era muy grande. Un Cristo para una Semana Santa que ya tenía Crucificados de González Moreno, de Benedito, de Duarte, de Hernández Navarro, todos ellos de gran altura artística y que contaban con mucha devoción; dejando a un lado, por supuesto, la Imagen que capitaliza la fe popular de los ciezanos, el Cristo del Consuelo...

De ahí nuestro interés en el dramatismo. El Cristo de la Agonía, el del Perdón, el de la Sangre, el de la Misericordia... son obras de extraordinaria calidad, pero su lenguaje es el de la armonía, el de encontrar la serenidad aun en la representación de una muerte terrible. El Cristo de la Expiración, en cambio, está representado en un movimiento convulso sobre la cruz, explicando la batalla entre la vida y la muerte. Además, un Cristo expirante no deja de ser un Cristo en agonía, y esa advocación ya estaba representada por González Moreno. Era necesario distanciarse en la búsqueda de esa última chispa de vida: de ahí la mirada perdida, el último aliento en la boca, los dos deltoides rotos por la asfixia del cuerpo...


- La maqueta llamó muchísimo la atención, con su agitada composición... pero la obra final resultó un punto más serena desde el punto de vista de la disposición del Cristo sobre la Cruz...

La maqueta imponía porque no es frecuente realizarla con un grado de detalle tan alto... ocurre que luego, al modelar a tamaño natural, lo que resulta verosímil a pequeña escala puede no resultar tan eficaz cuando ya se contempla comparándolo con la realidad de un cuerpo humano. En líneas generales la idea compositiva fue la misma, pero hubo que matizar muchas cosas de las proporciones y de los movimientos anatómicos para resultara de un naturalismo absolutamente convincente.

- Los que lo han visto trabajar hablan de una obsesiva búsqueda de la naturalidad anatómica...

Es verdad que he empleado mucho tiempo en el estudio del natural. Para trazar ese movimiento tan particular del Cristo era imprescindible atender escrupulosamente a la verdad anatómica, de lo contrario habría resultado completamente artificial. Eso sí, en mi opinión toda representación de Cristo tiene un punto de idealización, por el hecho mismo de que se trata del Dios hecho hombre. Y claro, esa perfección ideal -que también tiene que esquivar la exageración- en parte supone ir más allá de lo que podría observarse al natural en la mayoría de los cuerpos humanos.


- Es probable que muchos ciezanos desconozcan que el paño de pureza del Cristo está encolado sobre el tallado íntegro del cuerpo...

Es que es un cuerpo íntegro lo que nos encontraremos cuando, al subir al Cielo, estemos delante del Señor, dado que resucitó en cuerpo y alma. Y yo quería, al menos por esta vez, en esta obra que para mí significaba tanto, representar la radicalidad de la condición humana de Jesús. Por eso modelé y tallé el cuerpo íntegramente, y después enliencé sobre la madera un paño de pureza. Secundariamente, también pesó para mí un consejo que me dio en su día mi maestro, y que fue acertadísimo: que había que evitar, en lo posible, ocultar cosas sin hacer, porque luego los falseamientos podían lastrar el resultado. Este ese el motivo, por ejemplo, por el que siempre modelo la cabeza de mis imágenes, en un primer momento, sin cabellera y sin barba. Volviendo al caso del Cristo, poder trazar completamente la anatomía me permitía comprobar de manera unitaria lo verosímil de los movimientos del cuerpo sobre la Cruz.

- Quizá por ese empeño en el naturalismo, pero todo caso la luz del día le otorga al Cristo un verismo impactante. ¿Puede decirse que es un Crucificado concebido para desfilar por la mañana?

Hay dos asuntos aquí de importancia. Por un lado, es un Cristo que se ha policromado a la luz del sol, siempre con la luz natural que entraba en el taller; porque sabía que iba a desfilar por la mañana y tenía que ir comprobando el efecto del cromatismo de la obra tal cual iban a verlo por las calles los ciezanos. Por otro lado, la posición de la imagen sobre la Cruz, y sobre todo de la cabeza, harían verdaderamente difícil su iluminación para la noche...

- La Cofradía de San Pedro ha quedado verdaderamente satisfecha con el resultado final...

Estuvieron muy ilusionados en todo momento, desde la primera conversación. Les agradó mucho la maqueta, y también el modelo en barro a tamaño natural. En realidad, veía que estaban muy tranquilos en cuanto al resultado de la obra pero muy preocupados por los plazos. No me lo dijeron con tanta claridad, pero sé que pensaron que la obra no estaría acabada para la Semana Santa... Hombre, no es que sobrara el tiempo (se ríe), pero se pudo terminar. En el costado del Cristo tallé una cavidad profunda, que luego fue cubierta y retallada, donde se introdujo un pergamino con el nombre de los donantes y su propósito de regalar la obra a la Cofradía de San Pedro para desfilar con ella en la Procesión del Penitente; además de mi nombre como autor y la fecha... fue un momento emocionante. Y desde luego la obra terminada la recibieron con mucha alegría, tanto esos donantes como la Cofradía en general. Recuerdo especialmente el día de la Bendición en Santa Clara, cuando se abrieron las puertas del templo y entró el Crucificado... me di cuenta entonces de que la obra sorprendió mucho, por esa distancia de intenciones respecto de los Cristos que estamos acostumbrados a ver en Cieza.

- En realidad parece que, en su caso, aquello de que nadie es profeta en su tierra no se va a poder aplicar. La obra no solo ha gustado en la Cofradía, sino que ha conquistado también a los ciezanos en general.

El Viernes Santo, cuando desfiló por primera vez, lo estuve siguiendo por todo el recorrido... y sí, pude comprobar que gustaba. Pude deambular entre grupos muy distintos de gente y escuchar un poco sus comentarios... en realidad, muchos vecinos, la mayoría, pueden saber de mi existencia pero realmente no me conocen en persona, y así pude pulsar anónimamente la opinión general. "Madre mía, parece de verdad...", quizá fue el comentario más repetido.


- ¿Dirías que es una imagen devocional?

Yo creo que sí. Me parece que encontré un punto de equilibrio entre el drama tremendo que demuestra el cuerpo convulsionado, esa naturalidad anatómica que busca el realismo pero no el exceso, y la serenidad interna que desprende el Cristo que se entrega, que está a las puertas de la quietud y la calma de la muerte. Desde luego puedo decir que la obra tiene también impresa mi espiritualidad como católico, mi concepción de la Redención de Cristo. No solo he buscado la categoría artística, también que el Crucificado moviera a la piedad y a la oración.

- ¿Qué obras de la Semana Santa de Cieza te agradan especialmente?

Desde ese punto de vista devocional, sin duda el Cristo del Consuelo. Desde niño he tenido predilección por el Santo Cristo, y aún hoy es para mí lo más grande que tiene Cieza, junto con la Virgen el Buen Suceso. Artísticamente hablando me gustan muchas, creo que tenemos un patrimonio magnífico. Si tuviera que mencionar algunas, como imagen de vestir creo que me quedo con la Magdalena, que tiene un movimiento y una personalidad muy bien logrados; y de talla completa, sin duda el Cristo de la Agonía, ante todo, y también el Cristo de la Columna, ambos de González Moreno... Desde el punto de vista anatómico y comunicativo me parecen las dos piezas extraordinarias.


- En estos días se dirime el concurso anual de La Hornacina, que en pasadas ediciones te produjo muchas satisfacciones.

Tres años seguidos estuve entre los cuatro primeros clasificados a nivel nacional, en efecto, y mi Cristo Despojado de Cehegín fue especialmente destacado en la otra modalidad del concurso, la que decide un crítico de arte. Todo ello compitiendo con artistas consagrados, de primerísimo nivel. Es algo importante para mí porque La Hornacina es la página web de referencia para el arte, en general, en España, y especialmente para la imaginería. Es consultada diariamente por infinidad de artistas y de entusiastas de la imaginería religiosa; es la principal fuente de información de este pequeño mundo, la que nos mantiene al día de cada obra nueva que se proyecta o que se estrena. Desde luego si mi obra es conocida muy lejos de Cieza es, sin duda, gracias a La Hornacina.

- Hoy en día internet es el medio de comunicación principal para que un artista se de a conocer...

Sin duda. La mayoría de los que se ponen en contacto conmigo para ver la posibilidad de proyectar algo aún no han visto ninguna pieza mía en directo, solo las conocen a través de fotografías que han visto por internet, casi exclusivamente en la página de La Hornacina. Ha sido así desde hace varios años, y todavía más en el caso del Cristo de la Expiración.



- ¿Crees que hay posibilidades de ganar el concurso?

Hombre, de tener un buen resultado yo creo que sí..., ganar es otra cosa. Pero claro, compito con la Semana Santa de localidades muy importantes, con artistas que tienen muchos seguidores... La calidad artística es lo principal, naturalmente, pero también influyen circunstancias como la capacidad de convocatoria, la mayor o menor predilección hacia una u otra iconografía, etcétera. Este año soy consciente, por mensajes que me llegan, del gran apoyo que está recibiendo la obra a través de las redes sociales, en Cieza, desde luego, pero también fuera de Cieza. No he dejado de recibir felicitaciones desde el gran reportaje fotográfico de Manuel Carpio que fue publicado en La Hornacina.

- Hablando de buenas fotografías, supongo que le habrá agradado que el Cartel que anunciará la Semana Santa de Cieza este importante año 2014 esté protagonizado precisamente por su Cristo de la Expiración, a través de una impactante instantánea de Antonio Ortiz.

La noticia me supuso una gran alegría. Creo que es una fotografía espléndida, que aprovecha la luz natural del pasado Viernes Santo para poner en valor todas las cualidades artísticas y expresivas de la obra, captando la calidad de los acabados y ese instante fugaz en el que la vida se escapa del rostro de Jesús. Me alegro mucho por la Cofradía, a la que estoy tan agradecido, y también especialmente por el hecho de ser una fotografía de Antonio Ortiz, muy buen amigo mío desde que éramos pequeños.


- Volviendo, ya para despedirnos, a ese Viernes Santo ciezano que muchos nunca olvidaremos, ¿hasta qué punto fue un día soñado, desde que decidió ser imaginero, el momento de ver una obra suya desfilando en una gran procesión ciezana?

Yo quería ser imaginero desde muy pequeño, porque desde muy pequeño he vivido enamorado de la Semana Santa de Cieza. Naturalmente esto ha hecho que desde el primer momento he trabajado con este Crucificado con una ilusión muy especial...; había muchos ratos modelando el Cristo, tallándolo, policromándolo, en los que iba casi viviendo con anticipación esa mañana en la que por fin desfilaría por las calles de mi pueblo. Y cuando llegó el día todas esas emociones se hicieron realidad, tan intensamente como las había imaginado y más aún. Sobre todo cuando tuve el honor de compartir la vara con los hermanos sanpedristas para cargarlo un rato, a la recogida, sobre mis hombros...

- A raíz de este resultado, imagino que no tardará mucho en volver a trabajar para una cofradía ciezana...

Pues la verdad es que no. Hay un proyecto muy interesante y muy ambicioso, en el que ya tengo puesta toda mi ilusión. Pero creo que es mejor que sea el presidente de la cofradía en cuestión el que lo anuncie primero públicamente...

Y con este interrogante cerramos la entrevista, cuando ya cae la tarde de febrero y el tiempo parece que se vuelve más húmedo y frío. El artista enarbola de nuevo el cincel y sigue labrando el Resucitado que estrenará esta misma Semana Santa en Bullas. Muy cerca, está la Virgen que encierra toda su ilusión, para la Cofradía de la Fe de Murcia, su primer trabajo para una Semana Santa de Interés Turístico Internacional. Y un poco más allá, aún sin lijar la madera, aguarda un imponente Despojado para Blanca...



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