LOS PREGONES ABREN LOS DÍAS GRANDES DE PROCESIONES
El arzobispo de Belcastro, monseñor fray José Rodríguez Carballo, invitó ayer en el teatro de Viveiro durante el pregón de la Semana Santa a vivir la celebración «no siendo meros espectadores», sino tomando parte en los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús para que la Pascua vivariense «no sea solo folclórica y turística, que no está reñido con lo otro, sino vivida como quisieron los franciscanos que la introdujeron en la ciudad».
Carballo apostó por tomar parte activa en los acontecimientos recordado con los pasos y procesiones. Como ejemplo puso El Encuentro y propuso preguntarse «qué tengo de María, la Verónica, de Juan o de Jesús». De ese modo repasó los desfiles como representación biblico-teológica. La pregonera del año anterior, María del Carmen Garcimartín, resumió su biografía en un acto que cerró la coral Alborada.
El historiador Juan Ramón Fenrández Pacios abrió la celebración en San Martiño (Foz) con un recorrido por su historia y contó que el obispo irlandés Juan Buenaventura halló en 1540 acogida en la localidad al huir de las tropas inglesas, habló de su hospital de peregrinos, de las lápidas de los obispos Martín y San Gonzalo o de los muertos del cerco de A Frouxeira, donde Pardo de Cela fue atacado por las tropas castellanas.
Pacios puso en valor el trabajo de la Cofradía del Desenclavo para la recuperación de los ritos religiosos, que documentaron con los mayores de la localidad. El historiador subrayó que toparon con dos escollos principales: «O atractivo da celebración de Viveiro e a antigüidade da de Mondoñedo, pero non desistiron en querer converter a súa na mellor».
El médico y gerente del Hospital Universitario de Valladolid, el microbiólogo José María Eiros Bouza, leyó el pregón en Ribadeo, donde repasó la relevancia de la Semana Santa ribadense y la vinculacion de la localidad con la orden franciscana. Recordó que fue diócesis con catedral, en el siglo X. También rememoró las piezas musicales religiosas y recalcó la alegría de las gaitas y campanillas que suenan en Resurrección.
Eiros consideró que la celebración «supón un aldabonazo nas nosas vidas fronte aos gurús económicos que falan dunha crise provocada pola neglixencia, a codicia e a falsidade. Con esa realidade só desde a fe se poden afrontar eses perigos», señaló al tiempo que reivindicó el mensaje del obispo en 2010, «con esa chamada a vivir a eucaristía, a concretar cos pobres, enfermos e desvaídos, pois obras son amores».
El pregonero en Burela fue Benito Méndez Fernández, párroco en un pueblo de Narón y natural de Cubelas (Ribadeo), quien expuso por qué tiene sentido celebrar hoy la Pasión, en la que cree que se esconde algo auténtico. Méndez señaló que «la muerte de Cristo escenifica todas las muertes injustas de este mundo».
El arzobispo de Belcastro, monseñor fray José Rodríguez Carballo, invitó ayer en el teatro de Viveiro durante el pregón de la Semana Santa a vivir la celebración «no siendo meros espectadores», sino tomando parte en los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús para que la Pascua vivariense «no sea solo folclórica y turística, que no está reñido con lo otro, sino vivida como quisieron los franciscanos que la introdujeron en la ciudad».
Carballo apostó por tomar parte activa en los acontecimientos recordado con los pasos y procesiones. Como ejemplo puso El Encuentro y propuso preguntarse «qué tengo de María, la Verónica, de Juan o de Jesús». De ese modo repasó los desfiles como representación biblico-teológica. La pregonera del año anterior, María del Carmen Garcimartín, resumió su biografía en un acto que cerró la coral Alborada.
El historiador Juan Ramón Fenrández Pacios abrió la celebración en San Martiño (Foz) con un recorrido por su historia y contó que el obispo irlandés Juan Buenaventura halló en 1540 acogida en la localidad al huir de las tropas inglesas, habló de su hospital de peregrinos, de las lápidas de los obispos Martín y San Gonzalo o de los muertos del cerco de A Frouxeira, donde Pardo de Cela fue atacado por las tropas castellanas.
Pacios puso en valor el trabajo de la Cofradía del Desenclavo para la recuperación de los ritos religiosos, que documentaron con los mayores de la localidad. El historiador subrayó que toparon con dos escollos principales: «O atractivo da celebración de Viveiro e a antigüidade da de Mondoñedo, pero non desistiron en querer converter a súa na mellor».
El médico y gerente del Hospital Universitario de Valladolid, el microbiólogo José María Eiros Bouza, leyó el pregón en Ribadeo, donde repasó la relevancia de la Semana Santa ribadense y la vinculacion de la localidad con la orden franciscana. Recordó que fue diócesis con catedral, en el siglo X. También rememoró las piezas musicales religiosas y recalcó la alegría de las gaitas y campanillas que suenan en Resurrección.
Eiros consideró que la celebración «supón un aldabonazo nas nosas vidas fronte aos gurús económicos que falan dunha crise provocada pola neglixencia, a codicia e a falsidade. Con esa realidade só desde a fe se poden afrontar eses perigos», señaló al tiempo que reivindicó el mensaje del obispo en 2010, «con esa chamada a vivir a eucaristía, a concretar cos pobres, enfermos e desvaídos, pois obras son amores».
El pregonero en Burela fue Benito Méndez Fernández, párroco en un pueblo de Narón y natural de Cubelas (Ribadeo), quien expuso por qué tiene sentido celebrar hoy la Pasión, en la que cree que se esconde algo auténtico. Méndez señaló que «la muerte de Cristo escenifica todas las muertes injustas de este mundo».
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