Con una mezla de satisfacción y decepción cerró Viveiro su Semana Santa. Es una apreciación en la que coincidían tanto el presidente de la Junta de Cofradías, José Veiga, como la portavoz Mari Carmen López.
Según ella misma señalaba ayer, «báixanos moitísimo a moral ter todo tan preparado, facer un esforzo tan grande e nos últimos minutos ter que tomar a decisión de suspender as procesións: é moi duro, pero contra o tempo non se pode loitar».
Y fue precisamente el tiempo la única nota negativa de las celebraciones viveirenses. La lluvia obligó a suspender casi la mitad de las procesiones, sobre todo el jueves y viernes. De trece se hicieron siete y alguna variando el lugar, como ocurrió con el Encuentro que en vez de celebrarse en la plaza, se hizo dentro de la Iglesia, lo que no impidió que resultara un acto igualmente emotivo, aunque distinto. O el Viacrucis de mujeres, que se desarrolló dentro de los claustros.
En lo demás, éxito total. Tanto los representantes de la Junta de Cofradías como los hosteleros destacaron la enorme afluencia de gente que se registró en la localidad. José Veiga señaló que las exposiciones organizadas dentro del programa de actos de la Semana Santa registraron cerca de 25.000 visitas y se trata de una cifra exacta, ya que instalaron contadores para conocer el número. Es una iniciativa muy interesante, sobre todo cuando la gente no tiene oportunidad de ver los pasos en la calle y así lo señalaba Mari Carmen López: «Tivemos a satisfacción de poder amosar gran parte da imaxinería que sae e alí a poden ver, montada, con todos os complementos, os adornos...».
También hacen un balance positivo del resto de actividades. Según la portavoz se cumplió todo el programa Adral y los actos registraron lleno total, desde la presentación en Lugo, que fue «desbordante», hasta el pregón que Antonio Abril Abadín pronunció en el teatro Pastor Díaz, que se llenó por completo ya un rato antes de comenzar. Sin olvidar la multitud de gente que siguió las procesiones que pudieron salir a la calle.
Ahora, añadió la portavoz, queda volver a empezar, volver a trabajar para intentar que el año próximo todo salga bien. La Semana Santa es una celebración en la que se implican prácticamente todas las familias de Viveiro, desde el pequeño que lleva una borla, hasta el chaval que toca en las bandas, o los que preparan los hachones y la carpa, planchan la ropa, los tres mil cofrades. Lo mejor, señala Mari Carmen López, es que es una participación voluntaria: «O que nos gusta e que todos os levadores, os hachóns, os estandartes, as cruces, son xente nosa; é o bonito, porque pode ser xente de mais perto ou lexos, mais ou menos practicante, pero na Semana Santa veñen todos a axudar e veñen todos con respeto».
http://www.lavozdegalicia.es/amarina/2011/04/26/0003_201104X26C3991.htm
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