SOCIEDAD
La Diablesa: el demonio que sale de procesión en Semana Santa
ISRAEL VIANA ABC_ES / MADRID
Día 14/04/2014 - 11.50h
Esta figura alada, andrógina, con cuernos de animal y pechos de mujer de Orihuela, tiene prohibido entrar en la iglesia.
La Diablesa (izquierda), representando al pecado, en Orihuela
Hay un paso en la Semana Santa de Orihuela que tiene prohibido entrar en la iglesia y que, cuando sus fieles y cofrades acceden a ella, tiene que esperar fuera. El culpable es una extraña figura diabólica que aparece en su conjunto, con el cuerpo andrógino, como retorcido por el dolor, con cuernos de animal, cabeza de hombre, pechos de mujer y alas en la espalda, cuya lengua asoma entre sus dientes afilados. Su nombre: «La Diablesa», el único demonio de España que sale en procesión durante la Semana Santa.
El paso de «El triunfo de la Cruz» al completo
«Es una imagen que da respecto, con un rabo muy extenso, que siempre ha producido miedo a los niños, a pesar de que su objetivo es precisamente otro», comenta a ABC Antonio Luis Galiano Pérez, cronista oficial de Orihuela y presidente de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales.
La original figura pertenece a uno de los pasos más famosos de la localidad alicantina, «El triunfo de la Cruz», también llamado la «Cruz de los labradores». Fue obra del escultor Fray Nicolás de Bussy, que fue adquirido por el gremio de los labradores, por 800 libras valencianas, en 1695, año en que se dice que salió en procesión por primera vez. Cada Sábado Santo los oriolanos pueden ver por sus calles a este singular diablo que ha llamado la atención de los medios de comunicación por sus peculiares características.
«La Canina»
«La Diablesa, que es un diablo y una diabla a la vez –explica Galiano–, es el único demonio del que se tiene constancia en toda España que haya sido representado en un paso con forma humana. En Sevilla, por ejemplo, hay otro paso con la figura de un demonio, conocido como “La Canina”, pero que ha sido representado como una serpiente con una manzana en la boca».
El rostro de La Diablesa, con los cuernos y la lengua entre los dientes afilados
A pesar de su peculiaridad, los expertos oriolanos aseguran que lo importante no es «La Diablesa» en sí, si no todo el conjunto, que representa «el triunfo de la cruz sobre los enemigos del alma, es decir, el triunfo sobre el mundo, el pecado y la muerte», asegura Mari Carmen Sánchez, técnico de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Orihuela.
El paso está formado por una gran esfera del mundo, rodeada de nubes, donde aparecen, también, cinco ángeles con los diferentes atributos de la pasión de Cristo. Debajo, como aplastados por el globo, atormentados por el sufrimiento, aparecen el famoso demonio, que representa al pecado, y un esqueleto, que representa a la muerte.
Guardado en edificios civiles
Por sus peculiares características, «La Diablesa» se guarda en dependencias municipales, y no religiosas, según explica Sánchez. Durante muchos años, incluso estuvo relegada a los lugares menos importantes de la localidad, tales como un antiguo hospital rehabilitado o la biblioteca municipal. En la actualidad, se encuentra en el Museo Arqueológico San Juan de Dios y es visitado por mucha gente, ya que está incluido en las rutas turísticas de la provincia.
Algunos de los querubines que aparecen en «El triunfo de la Cruz»
«Al principio, en el siglo XVII y XVIII –subraya Galiano– sí podía entrar en los templos. De hecho, incluso se le rendía culto y dormía en la capilla del Loreto en la catedral de Orihuela, pero, en una fecha determinada, al paso se le denegó la entrada a las iglesias y ahora se le hace dar la vuelta».
Tras más de 200 años saliendo en la procesión, La Diablesa ha tenido que ser restaurada en alguna ocasión. Cuenta el cronista oficial de Orihuela que, durante la Segunda República, un maestro de escuela extrajo los huesos del esqueleto que representa a la muerte y dejó solamente la columna vertebrar, con el objetivo de enseñar con ellos anatomía humana a los niños pequeños. En los años 50, se reconstruyó de nuevo y se le colocó la cabeza. Y el año pasado volvió a pasar por el taller para recuperar su imagen, en un proceso de restauración llevado a cabo por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (Ivacor).
«Es el paso más singular y original de Orihuela y no hay ninguno como él en España», concluye Sánchez.
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