Galicia cuenta con apenas 1.500 curas para atender más de 3.600 parroquias
Las nuevas ordenaciones apenas alcanzan la media de dos por año - La diócesis de Mondoñedo-Ferrol solo ha tenido cinco sacerdotes nuevos desde 2008
Alexandra Moledo | La Opinión A Coruña 08.09.2013 | 03:19
La Iglesia gallega se enfrenta a una situación crítica en la que al envejecimiento del clero -con casi la mitad de los sacerdotes en edad de jubilación- se le une la escasez de vocaciones y nuevas ordenaciones, de forma que no hay más de dos nuevos párrocos por año en cada una de las cinco diócesis de la comunidad. La reducción del censo sacerdotal ha provocado que en todos los obispados el número de sacerdotes sea la mitad -y en algunos casos incluso menos- respecto al número de parroquias que tienen que atender
Mientras la crisis económica azota a casi todos los sectores, la Iglesia vive su particular crisis de vocaciones y a la falta de relevo en el sacerdocio gallego se suma el envejecimiento del clero actual, debido a que más de la mitad de los párrocos que ofician ya superan la edad de jubilación. Esta situación provoca que en la actualidad el número de parroquias supone un 42% más respecto a los clérigos que hay para atenderlas. Solo existen 1.532 efectivos para 3.641 núcleos parroquiales.
La situación se repite en las cinco diócesis gallegas. La de Santiago es la más numerosa con 539 sacerdotes que tienen que atender a 1.069 parroquias con una población de 1,3 millones de habitantes, de forma que la demanda duplica a la oferta. Es el mismo caso que se produce en el Obispado de Ourense, que cuenta con 346 párrocos para 735 áreas.
En algunas diócesis ni siquiera hay un cura por cada dos parroquias. Un ejemplo es el de Tui-Vigo, donde los 184 sacerdotes del obispado llegan para atender solo el 40% de sus 276 parroquias. Tampoco le salen las cuentas a las diócesis de Lugo, ya que los 303 párrocos apenas suponen la cuarta parte de las 1.138 áreas religiosas. Y Mondoñedo-Ferrol -la diócesis más pequeña de Galicia- tiene 423 núcleos pero solo 156 efectivos que las atiendan.
La Iglesia está bajo mínimos de personal y ni siquiera encuentra remedio en las nuevas generaciones. La media de las nuevas ordenaciones en las diócesis gallegas está en dos por año. Algunas ni eso. En Lugo se han ordenado cinco párrocos en cuatro años y en Mondoñedo-Ferrol los mismos durante un lustro.
Para este 2013 están previstos que terminen su formación dos seminaristas de la Archidiócesis de Santiago , dos en el Obispado de Lugo y otros cuatro en el de Tui. La ordenación de estos últimos se realizó el mes pasado, según apuntan desde la institución eclesiástica. La escasez de jóvenes contrasta con la elevada proporción de curas en edad de retirarse que siguen en activo.
Del censo sacerdotal ourensano, unos 156 curas (el 45%) ya han cumplido los 65 años. Otro ejemplo, aunque menos significativo, es la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, donde de los 156 sacerdotes registrados, 23 ya han soplado las velas de los 65 años.
Un descenso progresivo del clero gallego en las tres últimas décadas
Para el teólogo Andrés Torres Queiruga no es fácil establecer un desencadenante que explique el hecho de que la Iglesia cuelgue cada vez más los hábitos y el censo del clero gallego cada año se reduzca más. En su opinión se trata de una problemática que viene de lejos, en concreto, desde hace tres décadas, cuando empieza a surgir un proceso de secularización y por tanto -explica- una bajada del número de creyentes. Sobre la falta de vocaciones considera que la vida al servicio de Dios "no ilusiona a la juventud" porque se trata de un servicio "importante" que requiere tener en cuenta y llevar a cabo unas exigencias "especiales".
El experto señala que se trata de una situación generalizada en toda Europa, pero en el caso gallego destaca que el hecho de no contar con una facultad de Teología supone una "desventaja" respecto a otras comunidades a la hora de crear "una religión ilusionante" que atraiga a los creyentes.
Tiene muchas esperanzas en el Pontificado del papa Francisco y espera que durante su mandato se abra una nueva etapa que "reactive la vida religiosa". En el tiempo que el pontífice lleva en el cargo considera que ya se ha instaurado un estilo diferente y "más pastoral". Torres Queiruga se muestra positivo y pese a que la Iglesia está en un momento "crítico" debido al envejecimiento de los sacerdotes y a la falta de vocaciones, cree también que es el momento más oportuno para poner en marcha una reorganización del clero y hacer un replanteamiento pastoral, además de renovar la figura del sacerdote para que "entusiasme a la juventud".
Seguimos utilizando cifras de hace años en estos artículos..., contabilizamos en los números a los religiosos y a los jubilados.
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