Andalucía – Madrid: Peso especial tuvieron dos comunidades: Andalucía y Madrid que, prácticamente, se repartieron más del 50% de las imágenes que acudían al Paseo de Recoletos y la Plaza de Cibeles. Andalucía llevó a la Virgen de Regla (Sevilla), el Cristo de Mena y el Beso de Judas (Málaga), el Nazareno de la Candelaria (Jerez), el Cristo de las Tres Caídas (Úbeda) y Jesús Despojado (Granada). Por Madrid acudió el Gran Poder, el Cristo Yacente y el de Medinaceli.
Pasó de largo: El Papa pasó de largo frente a la Virgen de Regla, ni una bendición, ni una mirada. El Vía Crucis concluyó en el Cristo Yacente de modo que la transmisión televisiva apenas mostró un par de planos del palio de la dolorosa.
El regalo: Tenía preparada la hermandad una pintura de Luis Rizo que, tras ver que el Papa no detenía su vehículo, le fue entregado a un miembro del equipo vaticano.
Un papable ante la Virgen: El que se deshizo en elogios hacia la dolorosa fue el Cardenal de Viena, Christoph Schönborn. Alumno de Benedicto XVI, amigo personal del
Papa, es uno de los más firmes candidatos a ser el próximo Sumo Pontífice. Habló con los sevillanos allí congregados, recordó cuando vino un 15 de agosto a ver la salida de la Virgen de los Reyes – a la que confundió con la Macarena – y exaltó la belleza de la Virgen panadera.
El “descendimiento”, de Medinaceli: Llamó la atención y enfadó a sus feligreses cómo desde la organización de la JMJ no se preparó un altar para el Cristo de Medinaceli con las dimensiones necesarias. Eso obligó a que este permaneciera enterrado en el paso y con la cabellera adosada al techo durante el Via Crucis. Una pena.
El paso de San Gonzalo: El antiguo paso de San Gonzalo que tallara Antonio Rodríguez de Torres acudió a Madrid. Portaba al Dulce Nombre leonés: un nazareno ayudado por el cirineo. Con motivo de la JMJ lo exornaron de una manera un tanto exótica con colores vaticanos y mucha fruta. Mereció la pena reencontrarse con la balconada a la que se asomaba el Soberano Poder.
El Gran Poder: La réplica del Gran Poder que se venera en Madrid llegó a confundir hasta la propia organización que, en algunos momentos, aseveraba que el que había venido era el que recibe culto en San Lorenzo. También, muchos foráneos identificaron a la Virgen de Regla con la Macarena… cosas de la fama.
Ramos Corona: Orgulloso estaba Ramos Corona de su misterio del Despojado Granadino que ha reformado para que estuviera a punto en la cita. Era el único imaginero vivo que exponía en Madrid un misterio al completo salido de su taller.
El que pudo ser: En Madrid también estaba las Negaciones de San Pedro de Orihuela. Un misterio que a punto estuvo de acabar en el Cristo de Burgos y que hubiera supuesto una innovadora ruptura en los cánones de la Semana Santa de Sevilla.
Frío: Los organizares del Vía Crucis debieron preveer un acto con algo más de sensibilidad hacia las cofradías. El tratamiento como meras esculturas es algo que disgustó a buena parte de las hermandades. Se pueden entender con aquellas imágenes que proceden de museos pero no con la gran mayoría, que reciben culto en templos de toda la geografía. Faltó ese gesto.
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