Ni montaje, ni borrachera. Simplemente la actitud de una joven de 14 años que reconoce que iba haciendo el ganso en la procesión porque «estaba cansada». Es lo que se esconde detrás del polémico vídeo de la procesión del pasado Miércoles Santo de la Archicofradía de la Sangre que ha circulado por las redes sociales desde los últimos días de la Semana Santa y que ha causado polémica a nivel nacional incluso porque la actitud del nazareno que aparece en él bien puede asemejarse al de una persona que participó en estado de embriaguez en el desfile.
Sin embargo, ayer se aclaró el asunto. Por la tarde, la joven que protagoniza este vídeo, que fue grabado de forma casual al llamar la atención de una espectadora la actitud de esta nazarena, acudió a la casa hermandad de la Archicofradía de la Sangre para devolver su túnica acompañada por su abuela. Según explicó el hermano mayor de la corporación, Mario Moreno, ambas se mostraron en todo momento muy arrepentidas por lo ocurrido. «Nos ha pedido perdón por haber hecho el tonto de esta forma en la procesión. Dice que estaba cansada», explicó el máximo responsable de la cofradía, quien lamentó que este vídeo haya causado un grave perjuicio tanto a la cofradía como a la Semana Santa de Málaga por su difusión a nivel nacional.
Pese al arrepentimiento de la chica, que ha sido reprendida por su abuela, con la que al parecer vive, según apuntaron fuentes de la cofradía, ésta le va a abrir un expediente de expulsión como hermana por el comportamiento que mantuvo en la procesión hasta la llegada al recorrido oficial, ya que luego abandonó el cortejo. Sobre la expulsión, el hermano mayor apuntó que «se lo ha tomado bien porque sabe que lo ha hecho mal». Según indicó, llevaba apenas dos años inscrita como hermana de la Sangre.
Ayer devolvió la túnica que empleó para la salida procesional, que era de las tallas más grandes de la cofradía porque es una joven de una gran corpulencia pese a su edad, hecho que hacía dudar de que se tratara de una chica. Según las fuentes consultadas, se trata de una joven aparentemente normal, que no parece que padezca perturbación mental alguna y que simplemente adoptó esa actitud por cansancio o por rebeldía, como demuestra el hecho de que se mofara de la mayordomo que se acerca para preguntarle si se encuentra bien.
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