Varios de los caballos de la escuadra de la Guardia Civil que abría el cortejo de la Expiración la noche del Miércoles Santo terminaron por los suelos, a la altura de la doble curva, debido a lo resbaladizo que estaba el suelo, provocado por una combinación entre el material del pavimento, el producto que se aplica para limpiar la cera y la propia cera acumulada.
El incidente implicó a tres de los caballos de la escuadra ecuestre de la Guardia Civil, justo en el momento en el que pasaban por la calle Granada y la esquina con Calderería. Aunque no se produjeron daños personales, el susto llevó a muchos malagueños a dejar sus sillas y alejarse de la zona.
Uno de los caballos se llevó la peor parte, ya que se quedó tumbado y sin posibilidad de levantarse por lo resbaladizo del suelo. Ello obligó a parar la procesión durante unos 15 minutos. Finalmente se pudo levantar el caballo después de aplicar serrín para mejorar el agarre en el suelo y ponerle una alfombra de césped artificial, que cedió de su terraza uno de los restaurantes cercanos.
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