Este Domingo día 16 de septiembre a las 13:00 horas, se celebrará en la Parroquia vivariense de San Cibrao de Vieiro la tradicional Romería de San Cipriano (San Cibrao).
Imagen de San Cipriano de Vieiro |
Esta Romería se viene celebrando desde hace días con la Solemne Novena en Honor al Santo Patrono de la Parroquia de Vieiro, y culminará este Domingo con la celebración de la Misa y Procesión en su Honor. La Procesión que se realiza alrededor de la Iglesia, irá encabezada por la Cruz parroquial, seguida de las Imágenes de San Antonio (co-patrón), El Corazón de Jesús, la Virgen Inmaculada y San Cipriano. Se entonará el Himno a San Cipriano, escrito en 1960 por Don Carlos Adrán Cambón.
Cruz Parroquial seguida de las Imágenes de San Antonio, Virgen Inmaculada y Sagrado Corazón de Jesús |
HIMNO A SAN CIPRIANO
¡ Oh glorioso Santo Bendito
que ofrendaste tu sangre al Señor
alcanzando la palma del martirio
en ardiente defensa de tu honor !
Ruega a Dios por nosostros
te suplicamos llenos de fé.
Ruega a Dios por nosotros
no abandones a tu grey.
San Cipriano faro y guía de las almas
que recoges amoroso hacía el redil
no te olvides de la oveja descarriada
y con suave llamada hazla venir, hazla venir.
Una vez finalizada la procesión se procederá en el interior de la Iglesia a la Bendición de los fieles, popularmente conocida como "poñelo Santo", con unas pequeñas Imágenes de San Cipriano, mientras se pronuncie esta oración: "San Cipriano Bendito polo seu poder Celestial te libre de todo mal. Amén"
La Vida de San Cipriano:
Nacido hacia el 200-210 en la ciudad de Cartago, como Tascio Cecilio Cipriano e hijo de padres muy acomodados lo que le procuró una muy esmerada educación, especialmente en estudios de literatura, siendo después maestro de retórica y posiblemente abogado.
Gracias a la influencia de cierto sacerdote llamado Cecilio –de quien Cipriano tomó el nombre–, Cipriano se convirtió al cristianismo y entregó la mayor parte de sus bienes a los pobres. En torno al año 246 se ordenó sacerdote y el 248–49 fue elegido, por aclamación, obispo de Cartago. Desde entonces se dedicó totalmente a su tarea episcopal, y su gobierno fue ejemplar a pesar de las abundantes situaciones difíciles con que se tuvo que enfrentar.
Una año llevaba en el episcopado cuando se publicó el decreto del emperador Decio (249-250), que ordenaba que todos los súbditos del Imperio sacrificaran a los dioses. San Cipriano, para no comprometer más a los cristianos y poder seguir dirigiendo la diócesis, se refugió en una localidad próxima a Cartago. Desde allí mantuvo un intenso contacto con el pueblo, los presbíteros y demás obispos: dio consejos, hizo que se cubrieran bajas, etc. En Roma, el Papa Fabián había muerto mártir y, en sede vacante, los presbíteros romanos escribieron a Cipriano criticando su conducta. San Cipriano explicó su comportamiento en una carta dirigida a Roma y mostró claramente la rectitud de su conciencia.
Terminada la persecución tuvo que enfrentarse con el difícil problema de los lapsi, es decir, de aquellos que en mayor o menor medida habían traicionado su fe, pero ahora querían volver al seno de la Iglesia. Frente a la tendencia laxista representada por Felicísimo –partidario de admitir los lapsi sin ninguna penitencia– y a la rigorista de Novato –no admitirlos más que en circunstancias extremas y habiendo hecho una exhorbitante penitencia–, Cipriano supo elaborar una doctrina penitencial de gran sentido humano y sobrenatural. De hecho, su praxis moral fue la que prevaleció en Roma y en casi todos los lugares.
Poco después, en el 253, una peste terriblemente mortífera hizo su aparición en Cartago. Los paganos echaron la culpa de las calamidades a los cristianos, pero el heroico comportamiento de San Cipriano y los cristianos en la atención de los enfermos transformó la actitud de los paganos.
Los últimos años de la vida de San Cipriano se vieron turbados por la controversia del bautismo de herejes: la presencia en África de diversas sectas heréticas hizo nacer entre Cartago y Roma la espinosa cuestión de la validez de los bautismos administrados por herejes. En el norte de África existía desde hacía un centenar de años la costumbre de rebautizar a los herejes cuando se convertían; la praxis romana era la contraria. Cipriano, pensando que la posición africana era la tradicional, escribió al Papa Esteban, que contestó criticando agriamente la posición de Cipriano. Las relaciones se hicieron muy tensas, pero no se llegó a la ruptura. En ese momento estalló la persecución de Valeriano (253-260) y el Papa San Esteban murió mártir en el año 257. Poco después, San Cipriano fue desterrado y luego decapitado en el 258. Se conservan unas espléndidas actas de su martirio.
San Cipriano es el otro gran teólogo africano. No era de genio especulativo, sino esencialmente práctico. Desde el punto de vista teórico depende de Tertuliano; sin embargo, le supera ampliamente por la mesura, dignidad y constancia de su carácter. Fue fundamentalmente un hombre de acción, muy equilibrado; supo enfrentarse con todo tipo de eventos adversos con gran presencia de ánimo, renovó la vida espiritual de su diócesis y ejerció una gran influencia en todo el norte de África. Es, en definitiva, uno de los más ilustres Padres de la Iglesia.
Milagros atribuidos al Santo:
A este Santo considerado muy milagroso, se le atribuyen dos milagros importantes.
El primero de ellos a Doña Evangelina Iglesias Pardo, una niña de siete años, que no podía andar desde pequeña. Tenía una hermana gemela y nació con una deformación en las piernas que no le permitía andar. Entonces una señora que llevaba un mano en la mano, llegó a la casa de la MAdre de la Sra. Evangelina pidiendo limosna, la Señora se quedó mirando a la niña y preguntó que qué le pasaba. Cuando se lo contaron, la Señora les dijo que la ofreciesen a San Cipriano, cosa que hicieron y en la Procesión del Santo, llevaron a la niña debajo del anda con una rosca encima de la cabeza. De allí a unos días un vecino (el cual tenía fama de mal hablado), pasó a caballo por delante de la niña y de su madre, y le dijo a la niña Evangelina:
-"Evangelina, se me vés aquí douche esta rosca que levo"
La niña se levantó y fue a buscar la rosca de pan. El hombre al ver aquello, se tiró del caballo, quitó el sombrero y se puso a rezar. Doña Evangelina era conocida en Vieiro por Evangelina da Castellana.
El segundo de los milagros le ocurrió a otra niña, Doña Rita Rodríguez Pena, más conocida como "A Barbara". Esta niña tenía 3 años de edad cuando por el mes de San Cipriano, una señora mayor, llegó pidiendo posada. Anta la negativa de que se la dieran, ya que tenían mucho trabajo con la pobre de la niña, la cual no andaba, la Señora respondió que por favor la dejasen quedar aquella noche, y que ella les daría solución a los problemas de la pequeña. Después de Cenar, la Señora llamó a la niña, que arrastrándose se dirigió hacia ella. Entonces la Señora cogió un Crucifijo que llevaba en el pecho, y rezando unas oraciones en las que mencionaba mucho el nombre de San Cipriano, intentó que la niña andase algo. Al finalizar la ceremonia la niña comenzó a andar. Desde aquel día pudo caminar normalmente durante toda su vida.
A Fonte do Santo
Pero las leyendas más comentadas son respecto a la "Fonte do Santo". Esta fuente se encuentra a unos 700 metros de la Iglesia Parroquial, y tiene un sistema de abastecimiento de aguas muy poco común. Se abastece de agua mediante una cueva en la que cabe perfectamente un hombre de pié. Esta cueva tiene más de 35 metros de largo. La entrada esta tapiada y la fuente está en desuso y abandonada.
Según la Leyenda, en esa fuente se encontró la Imagen antigua de San Cipriano, y por eso se dice que nació allí.
Otra leyenda dice que la Imagen antigua de San Cipriano era muy "juguetona", y como el cura no le daba de beber, se escapaba de la Iglesia a beber y lavar los piés a la fuente. El Cura cuando se dio cuenta de esto, encerró al Santo en la Sacristía. Pero el Santo siempre lograba escaparse. Por esto el Cura, tomó la decisión de cerrar la Imagen en la Galería de la Casa Rectoral.
Fuentes: http://onoray.blogspot.com/2008/10/parroquia-de-san-cibrao-de-vieiro.html
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