Por primera vez en la historia de la Iglesia dos papas, uno en plenos poderes y otro jubilado, concelebrarán mañana la misa en la que serán proclamados santos otros dos pontífices, en una jornada que ya se conoce como el «día de los cuatro papas», a los que une el Concilio Vaticano II.
Francisco canonizará a Juan XXIII, el «papa bueno», y a Juan Pablo II «el grande», como son ya conocidos, ante más de un millón de personas en una ceremonia en la plaza de san Pedro a la que asistirá Benedicto XVI, que hace un año sacudió los cimientos de la Iglesia al renunciar en plenas facultades mentales al papado, lo que no ocurría desde Celestino V en 1294.
Nunca en la historia de la Iglesia se había dado una situación como la de este 27 de abril, al igual que nunca un pontífice -Benedicto XVI- había beatificado a su antecesor, como hizo el papa Ratzinger el 1 de mayo de 2011 cuando elevó a la gloria de los altares a Juan Pablo II.
El papa Wojtyla será proclamado santo junto al papa Roncalli, aquel pontífice con aspecto de cura de pueblo, bonachón, que fue elegido sucesor de Pedro a finales de 1958 cuando tenía 77 años y todos pensaron que sería un papa de transición, pero que sólo tres meses sorprendió al mundo al convocar un concilio ecuménico.
El papa Francisco firmó el pasado 15 de julio el decreto que reconocía un segundo milagro obtenido por intercesión del beato Juan Pablo II y aprobó los votos favorables de la Congregación de las Causas de los Santos para proceder a la canonización del beato Juan XXIII -sin necesidad de un segundo milagro-.
Finalmente, el papa emérito Benedicto XVI ha confirmado este sábado que acudirá y concelebrará en la ceremonia, aunque no se situará en el altar, sino en el sector izquierdo, junto al resto de cardenales concelebrantes y obispos. Ya se habla de la ceremonia de los cuatro papas o póker de papas.
La misa de canonización, presidida por el Papa Francisco, comenzará a las 10,00 horas en la Plaza de San Pedro y será concelebrada por más de mil cardenales y obispos. Además, unos 600 sacerdotes administrarán la comunión en la Plaza San Pedro, y decenas de diáconos a lo largo de la Vía de la Conciliación.
Entre los obispos españoles, estarán presentes el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, el vicepresidente de la CEE, monseñor Carlos Osoro, el secretario general y portavoz de la CEE, Jose María Gil Tamayo, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los obispos de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, y de Astorga, monseñor Camilo Lorenzo Iglesias.
Acceso libre a la plaza
El acceso a la plaza será libre. La ceremonia, que seguirá un rito simplificado y será en latín, estará precedida por la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita empleando el rosario, y por cantos interpretados por los coros de Roma, Bérgamo, Cracovia y el coro oficial de la Capilla Sixtina. Los tapices de Juan Pablo II y Juan XXIII que ya cuelgan en la fachada de la basílica de San Pedro son los mismos que se utilizaron en sus beatificaciones.
El acto comienza con el canto de la Letanía de los Santos y, a continuación, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, hace tres peticiones al Pontífice para que inscriba a los beatos -en este caso, Juan Pablo II y Juan XXIII- en el Libro de los Santos. Primero lo pide con «gran fuerza», una vez más con «mayor fuerza» y, por último, con «grandísima fuerza».
A continuación, el Santo Padre ejercerá toda su autoridad como cabeza de la Iglesia universal a través de una oración: «En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II».
Después, se llevarán hasta el altar las reliquias de los santos, una ampolla de sangre en el caso de Juan Pablo II y un pedazo de piel de Juan XXIII. Concretamente, la reliquia de Roncalli la portarán familiares del santo, entre ellos, su sobrino, mientras que la del Papa Wojtyla será portada por personas cercanas a él, quizá por aquellas sobre las que obró el milagro.
Tras la procesión, el cardenal Amato mostrará su agradecimiento, se cantará el Gloria y se escucharán las lecturas del segundo domingo de Pascua. Debido a la solemnidad de la celebración, el Evangelio será cantado en latín y griego.
También se leerán cinco peticiones, la primera de ellas en español --para que la belleza de la vida nueva resplandezca siempre en la Iglesia y que todos los hombres reconozcan en ella a Jesús resucitado y vivo--. A esta le seguirán los ruegos en árabe, inglés, chino y francés. En la plegaria eucarística se escuchará por primera vez los nombres de estos dos santos como San Juan Pablo II y San Juan XXIII.
La ceremonia durará aproximadamente dos horas y concluirá con el Regina Caeli, oración típica del tiempo de Pascua. Los días que se asignarán para la veneración serán el 11 de octubre para Juan XXIII y el 22 de octubre para Juan Pablo II.
Presencia de los reyes
España estará representada en la ceremonia de canonización por una delegación encabezada por los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía que estarán acompañados por los ministros de Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón y de Interior, Jorge Fernández Díaz. El lunes, los Reyes serán recibidos por el Papa en una audiencia privada en el Vaticano.
Además, han confirmado su asistencia un total de 98 delegaciones oficiales y 24 jefes de Estado de todo el mundo, entre los que destacan el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y el presidente de la República de Zimbawe, Robert Mugabe. En cualquier caso, la Santa Sede no ha enviado invitaciones oficiales sino que han sido las propias delegaciones de los países las que han mostrado interés en participar en el acto.
Por parte de la UE, acudirán el presidente del Consejo Europeo, Hernan Van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; y el vicepresidente del Parlamento Europeo, Miguel Ángel Martínez Martínez.
Cientos de miles de peregrinos
Mientras tanto, la ciudad de Roma se ha preparado para acoger el evento así como a los cientos de miles de peregrinos que se esperan. Para ello, se instalarán pantallas gigantes y para garantizar el orden y la seguridad, trabajarán más de 800 unidades policiales, 250 unidades de bomberos y 2.600 unidades de protección civil junto a 2.430 unidades de refuerzo.
Entre los eventos previos a las canonizaciones, el sábado 26 de abril, a partir de las 21.00 horas se celebrará una «noche blanca de oración» durante la cual once Iglesias del centro de Roma permanecerán abiertas y será posible rezar y confesarse.
Con motivo de las canonizaciones, habrá diferentes canales en las redes sociales y en los medios para involucrar a los fieles. Así, se ha habilitado el portal http://www.2papisanti.org, en diferentes lenguas, y una cuenta en Twitter @2popesaints. Las canonizaciones también estarán presentes en YouTube y Facebook así como en los móviles, a través de aplicaciones como Santo subito, dedicada a Karol Wojtyla.
Los milagros de Juan Pablo II
Karol Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011, tras aprobarse un primer milagro con la firma del ahora Papa emérito Benedicto XVI. En aquella ocasión, se trató de la curación, dos meses después de su muerte, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.
El milagro que ha permitido la canonización de Juan Pablo II es el de Floribeth Mora, una mujer costarricense de 50 años que se curó, sin una explicación científica, de un aneurisma cerebral irreversible. En abril de 2011 los médicos le diagnosticaron esta enfermedad que ponía en peligro su vida. En mayo, siguió por televisión la beatificación de Juan Pablo II y al día siguiente escuchó una voz en su dormitorio que le decía: «levántate». Meses más tarde los doctores confirmaron la cura de la paciente.
Y el de Juan XXIII
Por su parte, Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. En aquella ocasión, el milagro aprobado para su beatificación fue la curación de sor Caterina Capitani en 1966.
El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II y murió mientras el Concilio seguía su curso, muchos obispos propusieron proclamar al Papa bueno santo por aclamación, pero su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las vías canónicas.
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