sábado, 18 de enero de 2014

Entrevista a Don Manuel Caballero del Taller de los Hermanos Caballero, autores del Retablo de la Virgen de la Luz...


Manuel Caballero: “Hace 117 años y cinco generaciones, se inició nuestra saga de artistas de la talla”

Escrito por Esteban Romera Martes 14 de Enero de 2014 00:00
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Cinco generaciones de artistas han consolidado al taller sevillano de los Hermanos Caballero como toda una referencia de la talla no sólo en Sevilla, sino a nivel nacional. Sus obras comenzaron a gestarse hace ciento diecisiete años con el iniciador de la saga, Francisco Farfán Ramos, autor, entre otras obras del paso de Santísimo Cristo del Calvario. En dicho taller estuvimos con dos generaciones de “Caballeros”, los mayores –Manuel, Federico y Francisco- respondieron la actualidad de su taller, de los artistas y la crisis actual que azota a la sociedad, en general, pero con más profusión a esta tipología de negocios, que ven mermados sus ingresos. Ellos, que tienen el legado de sus mayores, contestaron alternativamente estas cuestiones de actualidad.


¿Cuál es el momento actual del gremio de los tallistas?
Es un momento fructífero, ya que están saliendo tallistas de un buen nivel. La pena es que no está acompañando la situación económica para que los nuevos talleres puedan subsistir. La suerte de nosotros es que esta crisis nos ha cogido con un remanente de trabajo en el cual nos podemos mantener, gracias a Dios.


¿Cómo nace el taller de los Hermanos Caballero? ¿En qué momento estáis?
Nuestro taller nace con nuestro bisabuelo Don Francisco Farfán Ramos, autor del paso del Calvario de Sevilla, siendo uno de los talleres con más tradición de Sevilla, ya que tiene 117 años de fundación. Esta empresa artesanal ha ido pasando por nuestro abuelo Don Manuel Caballero Sousa, nuestro padre Don Manuel Caballero Farfán y siguiendo este oficio nuestros hijos. Estamos en un momento difícil, ya que esta crisis está castigando a muchas familias, siempre considerando el esfuerzo que están haciendo nuestras Hermandades para que este barco siga a flote y llegue a buen puerto.


¿Quiénes formáis el taller? ¿Es una familia?
Como hemos dicho anteriormente, este taller es exclusivamente familiar, formándolo nosotros con nuestros hijos, que ahora mismo son el alma y el corazón que nos empuja a seguir adelante con este maravilloso oficio.


¿Cómo habéis notado la actual crisis económica los artistas?
En la actualidad, nos encontramos en un momento complejo, puesto que para algunos compañeros de trabajo esta crisis ha sido una pesada losa que no han podido levantar, ya que muchos talleres han tenido que cerrar tras muchos años de trayectoria profesional. También hay que destacar el esfuerzo que realizan las Hermandades para ayudar a las personas más desfavorecidas gracias a su bolsa de caridad, haciendo un bien social.


Lógicamente, los recursos económicos destinados a realizar obras religiosas se han visto disminuido en los últimos años.




¿De qué obras salidas de vuestro taller estáis más orgullosos?
Por supuesto, nuestras obras son como nuestros hijos y nos sentimos igual de orgullosos con todas y cada una de ellas. Son todas especiales, cada una lleva una parte de nuestro corazón y a todas les hemos puesto la misma ilusión y esfuerzo posible. Son muchas horas ante nuestra creación y cuando se nos va del taller la añoramos, y la admiramos cuando el pueblo se hace con ella y ya no es nuestra, aunque tenemos la suerte de poder verlas en la calle.


¿Qué obras admiráis que no hayan salido de vuestro taller?
Es complicado enumerar las obras de otros compañeros, habiendo obras de arte de una máxima calidad, pero por destacar algunas podemos decir el paso de Cristo de la Hermandad de los Servitas, obra de Manuel Guzmán Bejarano, que por desgracia pasa muy desapercibida en la Semana Santa de Sevilla. Otro que nos gusta por su estilo y talla es el paso de Cristo de la Hermandad de las Penas de San Vicente, obra de Antonio Vega, y también el paso de misterio de la Hermandad de San Benito, de Antonio Martín.

Pero nuestro mayor referente es Don Pedro Duque Cornejo, ya que es el único que ha sabido interpretar los retablos con la mayor teatralidad jamás vista para nosotros. Ha sido el mayor genio y padre de todos los tallistas que admiramos este oficio.


¿Qué es más complicado, la restauración o las nuevas obras?
Ambas tienen su dificultad, son mundos diferentes. Una nueva obra la desglosamos a nuestro entender para poder fabricarla sin mayor complejidad, para despiezarla y trabajarla con mayor comodidad.

Y una restauración, en muchos casos, es una lotería, no sabemos con lo que nos podemos encontrar. Hay trabajos que, aparentemente, se encuentran en buen estado, pero por dentro son deficientes; de ahí lo complejo de valorar el trabajo, teniendo en cuenta que hay dos tipos de restauraciones: las integrales y las de conservación. Estas últimas es mantener el máximo de la obra original.


¿Se ayuda a los talleres artesanos por parte de las distintas administraciones?
Negativo total. Es una pena que con la cantidad de puestos de trabajo, directos e indirectos, que da la Semana Santa, los artesanos nos veamos desprotegidos, tanto en subvenciones como en ayudas económicas. Por poner un ejemplo, tenemos el Parque Artesacro que, desgraciadamente, está siendo un fracaso. En nuestro caso particular, tuvimos que recuperar el dinero que dimos a Sevilla Global por motivos de la crisis. Al día de hoy, todos sabemos que el precio, tanto de la vivienda como de los talleres, han bajado y a nosotros no nos ha llegado ninguna noticia por parte de la entidad bancaria responsable de los talleres de que los precios se hayan revisado a la baja, que sería una de las soluciones para que en el Parque pudiéramos los artesanos acometer la hipoteca de los mismos. Es una pena porque es un recinto magnífico y un sueño para todos los artesanos.





Desde aquí queremos hacerle una reflexión a todas las administraciones para que piensen en ello. Si nos paráramos a observar a una Hermandad en la calle y viéramos desde la cruz de guía hasta el último músico del palio, nos daríamos cuenta cuántos oficios hay dentro de un cortejo procesional; desde el florista, pasando por el que hace las túnicas, capirotes, carpinteros, tallistas, orfebres, bordadores, doradores, escultores, los que fabrican la cera, etc. Esto son cientos de familias que dan muchos puestos de trabajo, pero nos haría falta una mano para poder seguir adelante.

Lo que sí agradecemos al Ayuntamiento de Sevilla por cedernos el salón del Apeadero para exponer el paso del Cristo de las Cinco Llagas de la Hermandad de la Trinidad en las vísperas de su estreno en la Semana Santa del 2013, con un considerable éxito.


¿Se debería recuperar la figura del aprendiz?
Sí. Hay que darse cuenta que el aprendiz es una pieza fundamental en los talleres pues, si no los hubiera, los oficios se perderían, como está pasando en algunos.


¿Qué sueño a nivel artístico os gustaría cumplir?
Nuestro sueño sería realizar con diseño nuestro el paso de misterio para Nuestro Padre Jesús de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena, partiendo de la base de que nosotros hemos nacido en el Hospital de las Cinco Llagas, hoy día el Parlamento Andaluz

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