Hoy sube Jesús a los Cielos, y toma posesión de su trono a la diestra del Padre, donde vive para interceder por nosotros, y para prepararnos el trono en que hemos de reinar con Él eternamente.
Jesús da sus últimos encargos a sus discípulos, y a vista de ellos se eleva al cielo, y una nube le recibe y le oculta a los ojos estáticos de los suyos (Epíst.).
San Marcos consigna la misión universal de los Apóstoles para santificar al mundo, y luego la ascensión del divino Maestro (Evang.). Sigámosle con el corazón, y vivamos con el espíritu entre los coros celestiales (Col.).
Acabado el Evangelio, se apaga el Cirio Pascual, símbolo de la presencia en la tierra de Cristo glorificado.
Oremos
Te rogamos, Dios omnipotente, nos concedas: que pues creemos que en este día subió a los cielos tu Unigénito, nuestro Redentor, también nosotros moremos con el espíritu en el cielo. Por el mismo S.N.J.C.... Amén.
"Tres jueves hay en el año, que relucen más que el sol
Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión".
Procuremos ir este día al Santo Sacrificio de la Misa.
En aquél tiempo: Estando sentados a la mesa los once discípulos, aparecióseles Jesús, y les dio en rostro con su incredulidad y dureza de corazón, por no haber creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará; mas el que no crea, se condenará. Y estas señales seguirán a los que creyeren: Lanzarán demonios en mi nombre; hablarán nuevas lenguas; cogerán serpientes; y si beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los sanarán. Y el Señor Jesús después de hablarles, subióse al cielo, y estaba sentado a la diestra de Dios. Mas ellos salieron, y predicaron en todas partes con la ayuda del Señor, que confirmaba su doctrina con los milagros que la acompañan.
(Mc. 16, 14-20).
Del Evangelio de la misa del Jueves de la Ascensión del Señor
Los evangelistas describen al final de los evangelios y al principio del libro de los Hechos de los Apóstoles, que Jesús "fue elevado al cielo", por lo que los cristianos repetimos en nuestro Credo:
"Subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre". Esta afirmación es un modo de hablar para decir que Jesús se fue al Padre, llevando consigo su naturaleza humana. En la Ascensión (fiesta de primera clase) celebramos la subida de Cristo al Padre y nuestra futura ascensión con Él si llevamos una vida de obediencia a sus mandamientos y preservamos en la fe. Al celebrar el misterio de la Ascensión del Señor, recuerda que EL CIELO ES NUESTRA META y que la vida terrena es el camino para conseguirla.
"Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Éste que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo". (Hch 1, 3-11).
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