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lunes, 25 de marzo de 2013

En Prensa ABC: Semana Santa en Viveiro



GALICIA / EL GARABATO DEL TORREÓN
Semana Santa en Viveiro
JUAN | SOTO Día 25/03/2013

Allí, todos comparten trabajos, preparan pasos y forman en las filas de penitentes con hábito, caperuzo y hachón
La Semana Santa, ya en puertas, llegó a Galicia de mano franciscana. Algunos creemos que caminos del mar la trajeron hasta nosotros y quizá por eso sea en dos ciudades marítimas, Ferrol y Viveiro, donde su celebración adquiere mayor brillo y constituye cita obligada para miles de visitantes. En Ferrol y en Viveiro andan ahora a la busca de conseguir la declaración de Interés Turístico Internacional para sus respectivas Semanas Mayores, pretensión a la no podrá oponerse quien las conozca, siquiera en su faceta más superficial, es decir, como espectáculo meramente estético.

La Semana Santa de Viveiro no se parece a ninguna otra. Para empezar, tiene glosario propio: los costaleros son allí llevadores; y los tronos, pasos; y las andas, arquetas. Pero las dos particularidades que mejor la identifican son, de una parte, su carácter fuertemente popular, o sea, transversal, como se dice ahora, e interclasista, como decían los viejos marxistas. Allí no hay cofradías de ricos y cofradías de pobres, ni de hombres o de mujeres, ni de marineros o de comerciantes, ni de vecinos de un barrio o vecinos de otro. Allí, todos (y todas, como impone la corrección política) comparten trabajos, preparan pasos y forman en las filas de penitentes con hábito, caperuzo y hachón.

Y la otra singularidad de las procesiones vivarienses es el escenario por el que discurren: el casco antiguo de la capital de A Mariña Central, que se timbra de Conjunto Histórico Artístico. A veces, da la impresión de que los pasos se aprietan ante el riesgo de ser engullidos por la angostura de las calles. Para que el Ecce Homo de A Misericordia pueda atravesar la puerta de Carlos V -insignia urbana, restos de antigua muralla medieval-, los llevadores han de hacer verdadera exhibición de fuerza y destreza. Todo el esplendor de la Semana Santa vivariense se reviste de autenticidad, devoción y belleza. Llegue para ella la declaración de Interés Turístico Internacional.

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