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lunes, 25 de marzo de 2013

En Prensa ABC: Como peregrinos de capirote...


GALICIA
Como peregrinos de capirote
ABRAHAM COCO ABCENGALICIA / SANTIAGO
Día 25/03/2013 - 13.24h


Religión y cultura caminan parejas estos días en la Comunidad, que regresa a sus procesiones anuales con Viveiro y Ferrol como avanzadilla de una celebración popular repleta de datos y anécdotas entre los siglos de historia y la modernidad



Entre lo religioso y lo cultural —lo primero por naturaleza necesaria, lo segundo por rica añadidura—, Galicia peregrina estos días entre pasos y capirotes en procesiones movidas por la rememoración histórica y nostálgica y el testimonio público de fe en un camino de Pasión y Resurrección que tiene también mucho de turístico. De ahí queViveiro y Ferrol, las dos principales semanas santas de la Comunidad, estén reivindicando su equiparación al de otras dieciocho españolas catalogadas como de interés internacional.

Viveiro desde el Medievo

Viveiro celebra desde hace centurias la Semana Santa. Sus cofradías más antiguas hunden sus raíces en la Edad Media y no escatiman en tradiciones y leyendas como la del «Ecce-Homo de los franceses». Tanto sobrecogió la imagen del siglo XV al general de las tropas galas, que entraron en la iglesia de San Francisco dispuestos a matar a quienes allí rezaban, que optó por permitir que siguieran viviendo y en su gesto arraigó un apodo que continúa doscientos años después.

La última es la Cofradía de la Misericordia, con la que Viveiro suma ocho hermandadesPrimero fue la Orden TerceraFrancsicana, cogiendo el testigo de la extinta Vera Cruz, y la Cofradía del Rosario, hasta que en 1944 se iniciaron nuevas fundaciones:el Cristo de la Piedad, el Prendimiento, las Siete Palabras y la Santa Cruz. En los ochenta llegaría la Cofradía de Nazareno dos de Fóra con el objetivo de aglutinar a los viveirenses que no residieran en la localidad lucense. La última, recién incorporada, es la Cofradía de la Misericordia, con la que Viveiro suma ocho hermandades, encargadas de organizar una quincena de desfiles —como la Procesión del Encuentro en el que las imágenes están articuladas o la Procesión de la Soledad, conocida como de «los caladiños» por su silencio— a través de una cuarentena de pasos.

Toda esa antigüedad se conjuga con una voluntad de ampliar y actualizar el patrimonio de la Semana Santa local, a la que este año se incorpora Nuestra Señora del Camino de la Luz, imagen de vestir —es decir, que no tiene tallado en madera el cuerpo entero— ejecutada en Úbeda por Antonio Espadas Carrasco. Participará en la última procesión del Domingo de Resurrección.

Ferrol, cofrade como naval

Cuentan los documentos más antiguos encontrados que ya en el siglo XII, cuando Ferrol era solo una localidad más en una ría de pescadores, existía una hermandad de los Dolores, origen remoto de la actual que desfila en Semana Santa. Vendrían después las cofradías vinculadas a los gremios, la modernización de sus estructuras mediado el siglo XVIII y su impulso definitivo a partir de 1943, cuando los vientos del nacionalcatolicismo soplaban a favor en toda España, hasta su configuración actual en su vertiente procesional.

La procesión del Encuentro en la Plaza de Armas, el Viernes Santo, es una de las más representativasVeintiséis procesiones organizan en la actualidad los en torno a tres mil miembros de las cinco hermandades ferrolanas. Es una más que el año pasado al incorporarse en la medianoche del Jueves Santo el desfile de las Siete Palabras, que recordará los últimos mensajes que Cristo dejó ya clavado en el madero del Calvario.

Los Dolores dio pie a la Cofradía del Santo Entierro, además de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, con la que se fusionaría en 1992. Ambas, junto a la Cofradía de las Angustias, la Cofradía de la Orden Tercera y la de la Merced tejen un plano de itinerarios que convierten a la ciudad departamental estos días en un enclave cofrade a la par que naval, con momentos álgidos como la procesión del Encuentro en la Plaza de Armas en la mañana del Viernes Santo.

Reacreaciones en Finisterre

Si más allá de devociones se asume que los títulos de interés turístico son galones que premian la relevancia de una tradición, la Semana Santa de Finisterre se sitúa en el podio junto a Ferrol y Viveiro a nivel nacional.

Donde termina el Camino de Santiago, los pasos de madera son sustituidos con frecuencia por los propios lugareños, que representan escenas de los pasajes evangélicos del Jueves y el Viernes Santo. Pero es el Domingo de Resurrección, en torno al venerado Cristo da Barba Dourada, cuando la fiesta alcanza su culmen al revivir como desde hace siglos un antiquísimo auto religioso en la jornada clave de los católicos.

Del arraigo que esta talla gótica tiene en la comarca es buena señal la infinidad de leyendas que la rodean: incluso se ha escrito que llegó a Finisterre tras haber sido arrojada desde un barco extranjero que necesitaba liberar carga.
Capirotes jacobeos

También en el entorno del Obradoiro se rememora la Pasión de Cristo a través de trece hermandades que conjugan la modernidad de las fundadas en fechas recientes con la antigüedad de cofradías como la Numeraria del Rosario, muy vinculada a la monarquía a través de reyes como Isabel II o su nieto Alfonso XIII. Ella regaló el manto bordado que viste la Virgen de los Cuchillos; él llevó el Santo Calvario en 1909, dado que desde los Reyes Católicos todos los monarcas españoles son nombrados hermanos mayores de esta corporación de la capital gallega.

La cofradía Numeraria del Rosario está muy vinculada a la monarquíaEntre el patrimonio de las hermandades compostelanas está el paso de la Última Cena de la Vera Cruz, obra del escultor Sanmartín en 1864 premiado en la Exposición Universal de París.
Realismo intensificado

La particularidad de la Semana Santa de Cangas do Morrazo —las más importante de la provincia pontevedresa— son sus pasos articulados que la Confraría de la Misericordia encargó al maestro Cerviño. Entre ellos está el Cristo del Descendimiento, La Mesa de los Apóstoles, Las Marías o el del Nazareno que cae tres veces, en el que a la figura del centurión se le mueven los ojos. Otra de sus hermandades, la de la Virgen de los Dolores, permaneció entre la Desamortización de Mendizábal y 1919 en el salón de sesiones del Ayuntamiento y en una casa.
El auge de La Coruña

Aunque sin el vigor y el realce de otras semanas santas de la Comunidad, La Coruña se ha afanado en recuperar esta celebración popular hasta cubrir con procesiones todos los días desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección. No pasó por alto este dato la concejala de Cultura, Ana Fernández, cuando hace escasos días felicitó a Salvador Peña, quien a través de la Venerable Orden Tercera de San Francisco ha revitalizado los desfiles: «En unos años habéis conseguido recuperar la Semana Santa y con vuestro esfuerzo que la ciudad pasase de cuatro a trece procesiones, de dos a cinco hermandades y que cuente con una Junta de Cofradías». A la Congregación del Espíritu Santo, la más antigua, se han ido sumando desde comienzos de los noventa el resto a partir de corporaciones extinguidas y ahora recuperadas.
Entre lo urbano y lo rural

Con diferentes intensidades, la Semana Santa se celebra en ciudades como Lugo, Pontevedra o Vigo —que este año recupera un desfile perdido en 2012— y en pueblos como Paradela, Boiro, Noia, Sarria, Rianxo o Ribadeo.

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