La CEOE ya ha concretado su propuesta de traslado de los días festivos a lunes. Se la ha enviado a los sindicatos. Y si estos la aceptaran sin más, supondría una revolución en el calendario laboral de los españoles y en su imaginario social. El día de los Reyes Magos se celebraría en lunes, fuera 6 de enero o no. El Primero de Mayo, la fiesta del Trabajo, se celebraría el primer lunes de mayo... Y así en 10 de los 14 festivos que hay en el calendario.
El presidente de la patronal, Juan Rosell, ha reclamado varias veces en el año escaso que lleva al frente de CEOE que los festivos se trasladen a lunes. El miércoles pasado calificó el macropuente que se celebra esta semana -gracias a que el 6 y el 8 de diciembre son martes y jueves- de "escándalo". Algo parecido hizo cuando se acercó el puente de octubre, el que se organiza en torno a la Fiesta Nacional.
Así que para acabar con esta costumbre el pasado 25 de noviembre envió a UGT y CC OO un documento de 15 páginas con su propuesta, el plan va acompañado de un anexo de cuatro páginas en el que analiza el contexto europeo para argumentar más su demanda.
La propuesta de CEOE solo deja intactos cuatro días: el 1 de enero, Viernes Santo, el día de la Fiesta Nacional (12 de Octubre) y Navidad. El resto de festivos, fueran de ámbito estatal, autonómico o local se tendrían que celebrar necesariamente en lunes.
Los sindicatos están dispuestos a negociar el cambio. "Estamos dispuestos a hablar de todo", recuerda Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical, de UGT y Fernando Lezcano, portavoz de CC OO. No obstante, ambos sindicalistas recuerdan que en España lo importante a la hora de determinar el tiempo de trabajo no son los días laborales o festivos, sino las horas anuales, que es como se contabiliza la jornada desde la reforma laboral de 1993.
Las centrales también recuerdan que en este punto no basta la negociación tripartita habitual (sindicatos, patronales y Administración). Ahora habría que añadir un cuarto actor: la Iglesia. El concordato firmado en 1979 da voz y voto a la Iglesia católica a la hora de determinar cuando se celebran los días festivos religiosos.
El argumento usual de quienes defienden el cambio del calendario laboral es el que los puentes ralentizan la economía. CEOE, en su documento, no hace un cálculo exacto de lo que le cuesta a la economía española. Lo que sí hace es compararlo con el impacto que, según dice el documento, hubiera supuesto un éxito total de la huelga general del 29 de septiembre de 2010, 4.830 millones de euros. No obstante, como dice el propio documento la patronal, cuando defiende que el cambio no tiene por qué perjudicar al sector turístico (uno de los argumentos más usados por quienes defienden la situación actual), "la existencia de un puente no ofrece la posibilidad de que el 100% de los trabajadores puedan disfrutar del mismo".
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